[ un saludo aquí ]

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Sobre el sentido de la vida atribuida al individuo, bajo la dialéctica que argumenta el 'hacer humano', intuía que resultaría de una travesía biográfica comunicándole a la vida actos plenos de pasión por lo realizado. En descifrar qué actos evocaban pasión en plenitud al realizarlos, he invertido años y asimilado grandes experiencias (la enseñanza).
Sobre el itinerario pudiera describirte muchas personas, lugares y accidentes; justo ahora que me encuentro tras los ojos del poseedor de un gran tesoro: la satisfacción de haber buscado la percepción íntima e instantánea de ese sentido que me aparecía como evidente.
Sin embargo nada de lo que pudiera describirte en verdad valiere atesorar, ni la travesía misma, como ‘el compartir’ la travesía.
Me da mucho gusto que te encuentres bien, entiendo que nuestras experiencias son aquello que sigue por virtud de nuestras acciones. Conocerte me movió a poseer la experiencia de buscar. Me hizo anhelar profundamente compartir una vida en pareja como una persona que le ha comunicado ese concepto dialéctico a la vida: su sentido.
Durante la travesía hasta hoy estaba obsesiva y discretamente atento a lo que parecía haber llevado a las parejas a reunirse y sus motivos de felicidad. De ciertos juicios sobre la jerarquía organizada en la comparación han surgido grandes sufrimientos pero ciertas distinciones son inevitables por ser tan evidentes. Vienen a mi memoria todos los rostros durante la travesía hasta el día de hoy, todas las veces que a alguien le he afirmado “ eres tú “. Debo denunciar que ahora entiendo un poco lo inútil sobre desear y que anhelar es personal. Pero deseo profundamente que logres encontrar un compañero de travesía capaz de evocarte tantos motivos de felicidad como instantes tenga tu existencia. Pues eres una persona muy bella. Me parece entender ‘entonces cómo funciona’, que se trata de compartir la satisfacción de estar buscando, juntos...



dekirudake


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Sentados en un andén. Aguardando frente a la andana de vagones que pasan. Todos los pasajeros son endriagos portando máscaras de aquel a quien esperamos.
Aveces desesperados nos convencemos de que ha llegado y corremos a recibirlo:
— tú si eres Tú.
Recibimos a cambio una mirada de quien ve a un náufrago. Luego una despedida a estridentes empujones.
Y volvemos a sentarnos. Aguardamos. 





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